miércoles, 25 de abril de 2012

El que rie el último, rie el mejor


Y os preguntareis… ¿Qué tiene que ver la velocidad con el tocino y la risa con las relaciones sociales? Si consultamos las paginas del manual titulado; El valor pedagógico del humor en la educación social, encontramos un artículo el cual defiende que la risa tiene una dimensión racional y social.

Si mezclamos el humor con las relaciones sociales, el resultado de nuestro cóctel es que el encuentro entre las personas se ve fortalecido y reforzado cuando se genera entre las mismas un ambiente positivo, alegre y divertido. Sirve de apoyo y confianza, al tiempo que aumenta la cohesión entre los miembros del grupo y las oportunidades de gozar y pasarlo bien. Encontrar momentos y situaciones para compartir la simpatía y la risa sirve para generar el dialogo y la charla distendida. (Fernández Solís y García Cerrada)

Con lo cual, el humor aplicado en un contexto social ayuda a estrechar los lazos y vinculos entre las personas.  En estos momentos cobra sentido el nombre del artículo, ya que la risa no es un acto individual, lo hacemos en base a un recuerdo, algo visionado, un encuentro con un grupo de colegas, etc., pero siempre se encuentran en el proceso presentes más de dos personas, lo cual facilita la creación de redes sociales.
Dicho lo dicho, en el humor positivo podemos encontrar una herramienta pedagogica que nos ayude en nuestra labor socioeducativa.
Según un estudio realizado hace unos años dedicábamos 30 minutos al día a reírnos, en la actualidad lo hacemos una media de 1 minuto, y entonces yo me pregunto; si la risa facilita las relaciones sociales, ¿Nos relacionamos hoy día menos que lo hacíamos años atrás?
Para terminar, recordar esa frase de azucarillo de Oscar Wilde que dice; La vida es demasiado importante para tomarse en serio.


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