Y os preguntareis… ¿Qué tiene que ver la
velocidad con el tocino y la risa con las relaciones sociales? Si consultamos
las paginas del manual titulado; El valor pedagógico del humor en la
educación social, encontramos un artículo el cual defiende que la risa
tiene una dimensión racional y social.
Si mezclamos el humor con las relaciones
sociales, el resultado de nuestro cóctel es que el encuentro entre las
personas se ve fortalecido y reforzado cuando se genera entre las mismas un
ambiente positivo, alegre y divertido. Sirve de apoyo y confianza, al tiempo
que aumenta la cohesión entre los miembros del grupo y las oportunidades de
gozar y pasarlo bien. Encontrar momentos y situaciones para compartir la simpatía
y la risa sirve para generar el dialogo y la charla distendida. (Fernández
Solís y García Cerrada)
Con lo cual, el humor aplicado en un contexto
social ayuda a estrechar los lazos y vinculos entre las personas. En estos momentos cobra sentido el nombre del
artículo, ya que la risa no es un acto individual, lo hacemos en base a un
recuerdo, algo visionado, un encuentro con un grupo de colegas, etc., pero
siempre se encuentran en el proceso presentes más de dos personas, lo cual
facilita la creación de redes sociales.
Dicho lo dicho, en el humor positivo podemos
encontrar una herramienta pedagogica que nos ayude en nuestra labor
socioeducativa.
Según un estudio realizado hace unos años
dedicábamos 30 minutos al día a reírnos, en la actualidad lo hacemos una media
de 1 minuto, y entonces yo me pregunto; si la risa facilita las relaciones
sociales, ¿Nos relacionamos hoy día menos que lo hacíamos años atrás?
Para terminar, recordar esa frase de
azucarillo de Oscar Wilde que dice; La vida es demasiado importante para
tomarse en serio.
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